jueves, 5 de junio de 2014

Los amigos de éste infame bloguero, saben mi historia "B" y es que pasé un par de años de vida Religiosa, entiéndase por esto, que básicamente vivía en un convento y seguía la regla de la Orden Franciscana. Aunque no llegué a profesar los votos, viví inmerso en ese ambiente. Así que me atrevo a escribir al respecto.

Uno puede ir felizmente preguntando a San google las infamias cometidas en nombre de un Dios, y visitar uno que otro forito de personas desilusionadas, y si buscas algo de éso, cambia de página porque aquí te contaré mi esplendida experiencia viviendo como un fraile. Incluso, te invito, si tienes dudas  sobre tomar el hábito o entrar a un seminario clerical, puede que esto te dé otra perspectiva.

Entrar a un convento implica cambiar la lógica con que  muchos hemos sido educados, puedo referirme a: pasarás a ser independiente en el sentido de tomar las responsabilidades propias de un adulto, e incluso tomarás nuevas, en un servicio comunitario, como hacer parte del aseo de la casa, preparar los alimentos o participar en alguna actividad que ayude con los gastos de una familia.  Tienes un rol como integrante activo, ya que se te asignan actividades que afectan el funcionamiento de la casa. Esto implica un brinco radical de ser un adolescente a un hombre responsable.

Conoces más al fondo tu Religión, quizá te escandalices al enterarte que muchas de las tradiciones Católicas, no lo son tanto... y que mucho de lo que "está permitido" no debería estarlo, o que algunos guías católicos se han alejado de la ortodoxia y espíritu genuino de la Religión.  ¡Y aguas!, porque uno forma en esta etapa su propio criterio acerca de la renovación eclesial. y la guía pastoral. Yo tuve la suerte de tener buenos maestros en cuyas virtudes estaba que nunca me prohibieron abrir algún libro no Cristiano (y algunos nunca se enteraron de que lo hacía), y más aún, frailes ecuménicos con una visión renovada acerca de la realidad social.

El estudio es otro cambio, yo acostumbrado a los números pasé a acercarme a la filosofía y a la Teología, y debo confesar que quedé enamorado, es como dejar las gafas y comprar un ciento más, para ver una misma realidad de mil formas diferentes.

La oración en comunidad, y la meditación es un eje de la formación, sin esos espacios sería incomprensible y absurdo nuestro día a día y si uno se aleja poco a poco va perdiendo el amor y la alegría por la vida religiosa.

Quizá conocíamos a los hermanos de sangre, con quienes hemos convivido desde siempre, pero ahora tienes una nueva familia  que no has elegido tú, y la cosmovisión cristiana da luces para integrarte a esta realidad, que es muy dura, ya que somos seres muy diferentes pero que compartimos un ideal en común. Este nuevo reto es el que más me ha hecho madurar, aprendí lo que significa la pluralidad en un grupo y que el respeto y la caridad es el pegamento de piedras con diferentes formas. Hoy soy mucho más tolerante con quienes convivo gracias a ese ejercicio constante. Es fantástico descubrir como la caridad une tanto como la línea sanguínea,  la fraternidad es un tesoro.
Como frailes debemos aprovechar esta oportunidad porque no podrás salir y decirle a las personas que deben "amarse" unos a otros, cuando en tu casa eres incapaz de ponerlo en práctica. Al contrario, tienes el chance de experimentar las dificultades que el mundo presentar al convivir. Y esto es una realidad.

Con los frailes franciscanos tuve experiencias únicas, como vivir en el convento del Noviciado, en un pueblo de Morelos, ¡un reto total para mí!, desde que soy alérgico a lo que desprende el pasto, hasta que nunca he tenido afecto por los animalitos, y teníamos una pequeña granja. El clima, las tradiciones tan arraigadas ( y algunos creencias equivocadas) y convivir con personas que dedican su vida al campo es algo que me abrió el panorama en absoluto, comprendí  porque cuesta tanto ubicar el concepto de Dios en el contexto correcto, cuando las ocupaciones y preocupaciones son distintas a las que tenemos en las ciudades.


Y si alguien tenía curiosidad, no, no hay ritos de iniciación, ni prácticas espiritistas, ni nos enseñan los "oscuros secretos de la Iglesia", y muchos de los que estamos ahí nos siguen gustando las chicas, pero tampoco nos prohíben acercarnos a una, sino que  se nos explica el por qué del celibato (cosa que no quieren entender los laicos que pugnan por abolirlo) , no conocí a ningún delincuente pederasta y tampoco baja Dios a rezar con nosotros.

En cambio, si es una experiencia difícil, ya que tienes dos tareas, estás en formación constante y pasas a ser figura pública, y ser ejemplo para algunos... complicado.

Los seminarios no están llenos de ángeles, sino de personas que aspiran a consagrar su vida a la Fe que profesan, y que a diario lucha con sus demonios internos para dar paso a las enseñanzas evangélicas. No es un lugar "lleno de paz" sino un terreno donde uno se enfrenta a sí mismo y confronta con el prójimo.

Si aún tienes dudas acerca de tomar la decisión, te invito vive una experiencia con los religiosos, ello te ayudará a discernir acerca de lo que es para tí. Recuerda, ser sacerdote no es una profesión, es una elección de vida libre, y que implica sacrificios y siempre aspira al ideal del Evangelio, no es una vida fácil y desatendida.



Nos leemos!

tags: quiero ser fraile, por que ser fraile sacerdote seminarista padre, como sé si debo ser cura, como sé si quiero ser sacerdote, que hacen los frailes,  relatos de un religioso, de un seminarista mi experiencia como fraile, los frailes franciscanos en la actualidad, como se vive en un convento, los seminarios como es la vida, es fácil ser sacerdote?, por que no ser sacerdote, tengo miedo a la vocación  

1 comentarios :

  1. Explíqueme lo del celibato, por favor. O haga una entrada al respecto, será una ocasión ideal para vilipendiarle.

    ResponderEliminar