miércoles, 17 de julio de 2013

Dicen que las mujeres son díficiles de entender, y tal vez lo son  (Ok, lo son definitiva y totalmente) pero nosotros los hombres, somos tan simples que automáticamente las féminas se asustan y complican todo.
Vamos, empecemos ya.

 Nivel indispensable y básico para entender a un hombre



Nos han educado para ser súper héroes

Aunque no sea uniforme, a todos nos han enseñado a ser: los más fuertes, los que protegen a las mujeres, quienes salvan la situación, quienes puede solos contra todo, saben hacer de todo ... etc, etc.
Y por eso, cuando truena un aparato electrónico no dudamos en sacar el kit de desarmadores  y abrirlo, aún así no tengamos la más mínima idea de lo que haremos. Lo mismo, cuando las cosas están totalmente torcidas, nuestra reacción natural será: 'no pasa nada, ahorita lo arreglo'.  Burlarse de nuestros poderes, sólo hará que nos emepeñemos en logarlo, y luego aumentar nuestro ego.

Cuando "no pasa nada", no pasa nada

Mientras que para ustedes esa frase puede significar todo un mundo, para nosotros es muy simple: nada.
Cuando estamos molestos, lo decimos directo y sin rodeos. A veces esperamos el momento, pero lo hacemos. Nosotros no decimos eso para que provocarlas a que nos pregunten, ni para hacernos los interesantes, NO; simple, no queremos hablar en ese momento. Si insisten seguramente acabaremos perdiendo los modos y diciendo una barbaridad.

Los hombres no lloran

Tal como ya dije, jugamos al 'más fuerte', es nuestra naturaleza. Si presienten que nos pasa algo, -sólo aplica cuando estamos tristes- posiblemente estén en lo cierto, pero JAMÁS les contaremos exactamente lo que sentimos sí: 
-->Nos preguntan, ¿Qué/ cómo te  sientes?, la mayoría de los hombres, no lo sabemos explicar. No funciona.
-->Estamos en público, sea así un sólo chico o chica; haremos hasta lo imposible para contener todo, incluso ni entre amigos, si quieren toda la verdad busquen un momento donde no esté nadie.

Si no te llama...

Cuando conocemos a una nueva chica, somos tan, tan básicos que solo tenemos tres casilleros: 
-->¡es guapísima! defninitivamente nos gustó. Entonces echamos a andar la maquinaria.
-->¡Qué simpática!, nos entendemos, tenemos afininidades y creemos que podría ser una buena amiga. Pero no se quedó en el primer casillero, por alguna razón. De hecho nunca lo estará.
-->Es buena onda, pero, no hay click, simplemente. Y si de nosotros depende, no la buscaríamos. Si de repende aparece, seremos seguramente corteses.

Intereses en común

Además de todos 'los requisitos' particulares de cada quién, para que nos fijemos en alguien de forma 'seria', hace falta que además tengamos intereses compartidos; es decir, el fútbol soccer, el americano, baloncesto, hacer  música, bailar, la fiesta, hasta los mismos vicios y manías. La atracción física es muy poderosa, pero el candado está en este punto.  Es perfecto cuando encontramos a chicas que también gustan de nuestras aficiones, y no les parecen absurdas; ¡ojo! no digo que tengan que ser expertas, pero al menos que les parezca 'interesante' lo que nos gusta. Quien sabe además hacer un comentario al respecto tiene ventaja sobre todas.

Instinto de cazadores

Los hombres desde siempre hemos cazado, por sobrevivencia, y porque somos los provedores del hogar; está en nuestro ADN, pero no se limita solo al alimento. Aquello que nos ha tomado años, nos ha costado trabajo y que incluso hemos perdido o estado a punto de perder es lo que nos apasiona; cuando algo llega 'regalado' no lo valoramos, regla de oro.  Cuidado aquí!, esto aplica para con las chicas que podemos conocer en una fiesta, una reunión, o en cualquier situación cotidiana.  Nos da por pensar, que lo fácil es aburrido; pero aún así lo tomamos.
Para las demás situaciones es diferente, lo veremos en otra entrada.

Somos hombres, no adivinos ni psicólogos

A veces ustedes, las damas, llegan a creer que antes de nacer leemos un diccionario sobre todos sus gestos, frases o sentimientos, y por ello nos exigen que entendamos lo que quieren decirnos. ¡Y nada más falso!
Odiamos cuando están  molestas o tristes y nos envian mensajes  'ocultos' y están a la espera de que entendamos, ¡nos desespera!, a medida de que las conocemos, esto se vuelve más fácil, pero si desde un inicio algo empieza así ¡olvídenlo!, saldremos huyendo.
Eso sí, tenemos mayor facilidad en intérpretar sus miradas, a veces somos muy optimistas.
Si necesitan algo, y ven que tardamos en dárselos, díganlo claramente porque seguro no entendimos, sin miedo; no significa que no estemos atentos a ustedes, pero a pesar de todo nuestro empeño no lo logramos decifrar.



manual para entender a los hombres, ¿qué son los hombres?, ¿cóm hacer feliz a un hombre?, entender a los hombres

2 comentarios :

  1. :O
    muy buen blog
    Es bueno tener esta información ;)
    Lo tomaré en cuenta
    Muy bueno
    Hombresss!!!!! ^.^

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  2. Al fin puedo comentar ! :D

    1. Muy cierto, aunque yo me excluyo del rebaño, en parte. Sólo me empecino si se trata de esfuerzo intelectual o físico, porque si se trata de sacar las herramientas para reparar la llave del agua o de la luz, ahí sí que me importa un maní y llamo al técnico.

    2. Cierto lo del no querer hablar cuando decimos que "no pasa nada". Las mujeres insisten por estar grabado en su código genético lo del "hablando se soluciona todo". No, cuando un hombre quiere hablar va y busca otro hombre, que por lo general pone sólo el 50% de su atención. Y eso basta.

    3. Mmmmta yo sí soy bien llorón =P He llorado hasta con la susodicha en frente xD Pero es cierto lo que dices, aunque más en sociedades machistas.

    4. Yo reduciría esas tres opciones a sólo dos: GUSTA y POR SI ACASO. Cuando nos interesa una mujer estaremos ahí atrás dando lata; si no nos interesa, la tendremos en la agenda para momentos de urgencia hedonística o para pedir favores.

    5. Aquí otra vez depende para qué las querramos.

    6. Lo fácil será aburrido para usted, señor. Si quiere un reto vaya y cuente los arroces de mi plato.

    7. Les pides imposibles. Las muejeres no son claras ni entre ellas; yo ya me rendí y he decidido pasar de jugar al adivinador. Si quieres decirme algo, me lo dices, y si no ya puedes irte buscando una silla para que esperes sentada. O una mecedora o hamaca, da igual.

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