miércoles, 24 de diciembre de 2014

Para mí siempre fue natural el monopolio (mal llamado) de los órdenes sagrados. Hasta que la pregunta quisiquillosa ¿y por qué?, aparece.

Vámos, no soy un teólogo o algo parecido y no es mi propósito dar una serie de lecciones justificando este hecho o por lo contrario, atacándolo. Lo mío es una opinión más, buscando poner nombre a ciertas prácticas.

Partimos de una serie de hechos que parecen sostener el que el sexo masculino sea el único "autorizado" a los Órdenes.

* Dios es hombre. Jesús es hombre.
* Los doce apóstoles son hombres.
* Por ende, los primeros Papas fueron hombres.

Podríamos debatir el primer punto hasta el cansancio, pero no. Parece que poco a poco hemos descubierto el hecho de que Dios no tiene un sexo, característica que es propiamente humana. Ah, y Dios no es humano.
Y sí, Jesús cuando encarnó, lo hizo en el sexo masculino.

Como sabemos, el hombre se fue adueñando de ciertas actividades, potestadades y facultades.  Y pienso que todo empezó por el desafortunado planteamiento de "la fuerza física sostiene". Y cuando nació Jesús este hecho estaba ampliamente aceptado.

Jesús no destroza todos las leyes, paradigmas, roles y normas de su contexto histórico, ¡no!, cuando él mismo en su condición de Dios puedo haberlo hecho. Nos da una lección. Las cosas se pueden superar a sí mismas (aún así, la primera base esté mal planteada), y todo esto con la  fuerza motora que desencadenó a las demás fuerzas físicas: el amor.

Me parece, de verdad, muy necio de nuestra parte que hayamos pasado más de dos mil años en nuestro eterno esfuerzo por Cristianizar, Islamizar, (y como se escriba para el budismo) a Dios.
Cuando lo que Jesús, Budá y Mahoma nos dijeron fue simple: Ámense como Dios los ama.
Ese es el criterio.

Me parece esencial poner lo anterior sobre la mesa, ya que para mí ahí reside la solución.

La mujer no es el complemento del hombre, ¡cuánto daño nos hizo leer mal ese versículo del Genésis! La mujer tiene la misma condición y dignidad que el hombre. Y en todos los ámbitos.

¿Acaso Jesús se rodeó solo por hombres? Pareciera que al leer algún evangelio eso fuera cierto, pero volvamos a lo mismo, para el redactor final del documento era más importante mencionar a los varones, tal como lo haría cualquiera en su tiempo.

Hechos relevantes, Jesús realiza su primer milagro (e inicia una nueva etapa en su vida ministerial) a partir de la petición de una mujer: María, En muchos pasajes del evangelio se lee que Jesús estaba rodeado de mujeres, esto nos da luces para pensar que ellas mismas recibían una doctrina muy especial (y hasta la misma que los Doce) de primera fuente.
¿Quiénes se quedaron al pie de la Cruz?, las mujeres.
¿Recuerdan el pasaje del evangelio que la mujer en el pozo?, Jesús se dirige a una mujer extraña, extranjera, etiquetada de "pecadora". ¿Qué Judío decente se atrevería a tal cosa en un lugar público?: Jesús, el Judío que se atrevió a romper "la inercia de la tradición" para devolver al ser humano su primera espontaneidad, aquella que no distingue entre hombre y mujer. Porque para Jesús, la mujer tenía la misma dignidad que el hombre. Por ella también era el motivo del Sacrificio en la Cruz.

Pablo de Tarso, es una historia aparte, educado al máximo rigor por los Judíos de la élite de Israel, no pudo escapar al pensamiento que le inculcaron, y fue por la vida diciendo que la mujer tenía un lugar secundario en la vida ministerial de la Iglesia.  Cosa semejante en el ámbito social.

Entonces, ¿por qué hay sólo hombres clérigos? Primero porque la iglesia se institucionalizó, y saben que cuando eso pasa las reglas las pone el primero que nació.

El hecho de que sólo Jesús eligiera a sólo hombres para el primer colegio apostólico  no es ni de cerca un argumento fiable. ¿Cómo estamos seguros de que el relator no fue quien omitió (influenciado por su contexto) el rol de las mujeres?, No.

Sin embargo, el hecho de que en siglo XXI cierto sector que no es miembro de la Iglesia Católica se pronuncie tan airadamente contra este "monopolio masculino", me parece más un oportunismo que verdadera intención. Es cierto que el mundo ha ido dejando atrás viejas ideas que nos mantenían atados (como el hecho de que un Católico como yo cuestione severamente este tema), sin embargo, esto no significa que por las mismas causas de malicia lo que se hacía allá, se haga acá.
Quizá vivíamos con falsa idea de que solo el hombre "tenía derecho",  solo porque así se hizo dos mil años, y así parece que lo relatan los evangelios. Quizá era eso hasta que hoy lo cuestionamos.

No puedo dejar de decirlo, también detrás de estas intenciones hay mucha vanidad, mucho orgullo (el primero malversado de la dignidad) de algunas féminas.
¿Qué dices Carlos, te atreves a cuestionar a una mujer?. Sí, porque he dicho, que tenemos la misma condición.
Este "monopolio" las orilló a sentirse a la orilla del eje central de la Iglesia, o mejor dicho, hizo sentir a su orgullo así. El orgullo que pedía protagonismo, cuadros en museos, estatuas, fotografías, cámaras, entrevistas... y esas cosas raras que a los varones órdenados les da por anhelar.

Y creo firmemente que si entendimos el mensaje de Dios esto está  de más. Porque fue el  mismo Jesús quien nos enseñó con su propio ejemplo que el protagonismo no está emparentado con el servicio a la comunidad. Y esto, con el amor al prójimo.

Si alguien busca los aplausos puede irse a otro lugar donde esto tenga cabida. Y lo pronuncio por mujeres y por hombres.
Si en la Iglesia el Papa y los Cardenales piensan que la mujer no tiene "este derecho", hay que esforzarnos por que las nuevas generaciones entiendan que esto es una pésima y dañina lectura. Si este es el argumento, pronto se quedarán sin argumento.

¿Cuál es mi postura? Abrir el debate sin miedo, y ver cual es el verdadero motivo por el cual seguimos esta conducta. Sí el motivo a la luz del Evangelio de Jesús sigue en pie, continúemos porque ambas partes habremos entendido que lo importante no es quien preside la celebración, sino recibir con amor y corazón abierto el amor de Dios.
Sí el motivo no era más que orgullo y un absurdo indicio de machismo, demos un paso al costado, y abramos el ministerio a las mujeres. porque si no hay varones suficientes con recta intención, preparados y sobre todo espejos esmerados en reflejar el amor de Dios, las mujeres pueden apoyar en esta labor, más ahora cuando el mundo se cierra a Dios por causa de los pésimo ejemplos que hemos dado.



Yo no tengo miedo a ver a una mujer con sótana y casulla, me da más temor a seguirnos equivocando, poniendo nuestros ego por delante de la caridad y el servicio. Hacerlo por el motivo incorrecto también sería un error, aunque el mundo secular se congratule "de nuestra apertura".

Por cierto, no creo que tampoco Dios se enfade por que una mujer reciba los órdenes sagrados. Sí el mismo Dios le dio el máximo regalo: ser su medio para dar Vida.

Nos leemos!

pd. Los invito a leer mi post acerca de Santa Tecla: La Santa condenada al olvido.




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