martes, 29 de julio de 2014

He encontrado tan pocos sitios en donde se denuncia y opina acerca de la preocupante y grave creciente "pseudoreligiosidad"  del Catolicismos, que me he dado a la tarea de aportar algo más.

¿Formas equivocadas?

Nuestro credo, el Catolicisimo, tiene más de dos milenios de existencia, y es de suponerse que muchas practicas se han distorsionado, pasando de ser un signo sensible para la educación religiosa / del amor de Dios a un simple espectáculo para los asistentes. Se lee agresivo, pero esa es la dimensión del problema.

Vámos, será complicado que pueda abarcarlos todos, pero por ahora sólo haré hincapié en los más populares. NO pretendo hacer una catequesis, por ello omitiré las referencias bibliográficas, más bien la intención es hacerlo muy fácil de leer.

1. El agua bendita
Signo sacramental que tiene un significado amplio: desde que representa el elemento inmaculado por excelencia, hasta que es uno de los signos presentes en el nacimiento de la Iglesia. En ningún caso contiene, por sí sólo,  poderes mágicos o de sanación.  ¿Entonces para qué sirve?, como he escrito, es un signo sensible que solo representa físicamente un significado doctrinal.
¿Carlos, entonces dices que no sirve para curar o proteger mi hogar?, en realidad no. El agua bendita no es un poción mágica, y sostengo que sólo cumple su objetivo de signo sensible cuando ésta va acompañada de prácticas católicas, como los sacramentos de reconciliación, Eucaristía y lo más importante: la Fe en el amor de Dios, y no del líquido. Sólo así podríamos entender los testimonios extraordinarios de personas favorecidas por Dios a través de este medio.

2. Las velas / veladoras
Otro signo o símbolo. Y tampoco contiene en sí mismo algún poder ni religioso o espiritual. Es más, hay quienes creen que rociándolas con agua bendita, incienso o colocándole toda clase de semillas adquieren propiedades milagrosas, situación totalmente errónea para cualquier católico. Las velas significan Luz, cuando la Luz es Cristo.











3. Las oraciones / rezos
Los rezos son oraciones escritas por alguien con el propósito de "estandarizar" la forma de orar en comunidad (que podría discutirse su eficacia). Sin embargo, representan un error común entre los fieles católicos, ya que los rezos deben orarse. ¿Cómo es esto?, orar consiste en tener una comunicación íntima con Dios, la comunicación es personal,  no es una serie de mensajes pre-establecidos que son repetidos automáticamente. Si bien, no desaconsejo rezar, si exhorto a que se hagan propias las palabras escritas por otro, o bien rescatar el sentido profundo con que fueron escritas.

¿Qué hay del Rosario?, ¿Entonces no sirve?
El  Rosario es una secuencia de Oración, mejor aún, es una meditación que se auxilia de dos oraciones el PadreNuestro y el AveMaría, y ninguna de ellas se reza, sino que se ora. Repetir como máquina 500 rezos no tiene ningún sentido sino se hace en forma de Oración.

¿Y el PadreNuestro?
Lo mismo, en el pasaje bíblico se dice que los discípulos de Jesús le piden que les enseñe a orar, no a rezar. Por tanto, el PadreNuestro no es una secuencia escrita de peticiones, es una oración personal.

4. Los Santos
Los Santos son testimonios del amor de Dios, amor que hemos visto en la práctica de Jesús, por tanto son personas que colocadas en un contexto histórico supieron vivir el evangelio de Cristo, son modelos propuestos por la Iglesia, no obligaciones y dioses sustitutos (como si se tratara de una baraja para elegir).

¿Entonces cuál es el lugar de los Santos en nuestra Fe?
Sin duda son testimonios específicos en situaciones  especificas, Es el mismo mensaje de Cristo individualizado en un contexto diferente al de él. Y cuidado con esto!, jamás podría remplazarse el evangelio por el mensaje de un Santo, ya que éste debería llevarte al primero. Cristo no puede ser hecho a  un lado por la veneración a un Santo. Son prácticas equivocadas, y muy frecuentes.

¿Carlos, qué opinas acerca del culto a Judas Tadeo?
Creo que es un tema que le urge al Episcopado Mexicano resolver, o al menos marcar directrices claras acerca de una doctrina sana que conduzca al Evangelio de Jesús. Y tristemente veo que a los Obispos no les ocupa mucho ver esta realidad.

¡Judas Tadeo no hace milagros!, ni él ni ningún otro Santo. Los Santos son intercesores ante Dios para que la Iglesia reciba favores especiales. Dios es el único que hace milagros (interrumpir la secuencia natural de los hechos). Pues es bien, es francamente decepcionante ver a miles de fieles católicos (o al menos así se consideran) abarrotar los templos de la capital cada 28 del mes para bendecir sus imágenes (y sólo ese día aparecerán ahí). Siento decir, que no tiene ningún sentido asistir sólo ese día a Misa y mojar una imagen de bulto. No sirve de nada. El Culto a un  Santo te lleva irremisiblemente a la práctica de sus virtudes y al mensaje del Amor de Cristo. No te lleva a conseguir un empleo, a ganar más dinero, o a no ser atrapado en tus delitos.


¿Y de la Virgen de Guadalupe?
Es un caso semejante al anterior, la veneración de la Virgen María, porque es ella y no se trata de otro personaje diferente, conduce al Evangelio de Jesús, a la renovación de la vida a través de la aceptación de Cristo.
Aunque saturen los altares con toda clase de bellas imágenes de yeso, cera o resina y coloquen cientos de rosas a su alrededor, aunque pague celebraciones y mariachís, si estas celebraciones no cuentan con la adecuada preparación doctrinal y la consecuente práctica del Evangelio, es inútil, simplemente no sirve.

5. Las fiestas católicas.
Las celebraciones católicos tienen una raíz católica que pocas veces es rescatado.
Las fiestas de los santos, de los misterios de Jesús y de la Liturgia pasan a ser simplemente pretextos para: emborracharse, hacer comercio, atraer a los turistas, asombrar al pueblo, organizar comidas, seguir una tradición...
Tampoco sirven, porque no ayudan al crecimiento de la fe, se convierten en fiestas creadas por nosotros y para nosotros. No para agradecer a Dios.

¿Entonces como celebrar?
Recolocando a Dios o la figura a celebrar en el centro de la misma,  organizando espacios para compartir reflexiones del evento, dando catequesis, participando de la Misa de Acción de Gracias, Orando...

¿Las fiestas entonces no?
No digo que no, digo que éstas son secundarias, prescindibles, y no son esenciales. Más bien son extensiones de la celebración Católica y que bien pueden servir para unir en fraternidad a la comunidad.

Como laicos Católicos debemos expresar nuestra opinión y descontento contra las prácticas equivocadas y que son frecuentes. Debemos hacerle notar a nuestros Pastores que ellos son quienes tienen la responsabilidad de hablar claro al pueblo y depurar nuestra manera de practicar el culto. Si esto provoca eliminar prácticas, hacerlo. Si esto implica quitar huesos a quienes se benefician de esto, hacerlo. Si esto implica que nuestras Iglesias perciban menos ingresos económicos, hacerlo. Si esto implica la reducción de Católicos (declarados), hacerlo. Porque sólo así podremos regresar a la religión genuina, la que nos acerca al verdadero Dios, y no a la superstición.

Y dejo una expresión muy clara del Maestro: (c.f. Mt 23, 16 - 22)

¡Ay de ustedes, guías ciegos! (...) ¿Qué es más importante: el oro, o el templo por cuya causa el oro queda consagrado? (...) ¡Ciegos! ¿Qué es más importante: la ofrenda, o el altar por cuya causa la ofrenda queda consagrada?

Los Leo!





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