martes, 23 de julio de 2013

Les doy una oportunidad, cierren este blog, cambien de entrada o sigan bajo su propio riesgo ;)

Desde que soy niño tenía 'ataques' semi depresivos, ja ja, si algo así le he llamado. Y siempre me sucedía cuando 'todo estaba bien' o debo decir, 'cuando tenía conciencia de que el mundo era perfecto'. Me explico, me pasó cuando tenía 5 años y vivía en con mis dos padres, luego cuando entré a la vocacional, después estando en el seminario, y por último anoche.

¿Cómo es esto?, son miedos a los que he llamado fantasmas, y son tres: 
uno) MIEDO a que las personas a quienes amo se vayan.
dos) MIEDO a ver sufrir a quienes amo y sé que me quieren.
tres) MIEDO  a la perfección.

Mi abuelo, era un Santo varón, sabía de esto, y cuando me veía así me llamada, hacía que me sentara a su lado y decía: 'cuentámelo toooodo'. Y lo hacía, siempre acababa llorado con él,  parecía inmóvil mientras yo hablaba, no me interrumpía, ni siquiera realizaba un solo gesto: ¡sólo me escuchaba!
Después soltaba dos genuinas risas, me daba un golpe en la cabeza y decía:  'ven aquí, tontito', me daba un fuerte abrazo. Y todo al instante desaparecía, ese método solo lo conocía él.

Y también era el único que siempre quería saber que me pasaba, y que me escuchaba.

En el seminario apareció Margara (así le gustaba que le llamaramos), es una psicóloga, ¡la mejor!
Y descubrió a mis fantasmas (les digo que es la mejor), me dijo: 'ponles nombre, trátalos con cariño y verás que cambio'; de hecho gracias a ella sé como se llaman. ¡Y adivinen qué!, aplicaba el método de mi abuelo, se reía, me daba un sape y terminaba abrazándome. 

Antes de enfréntarlos podía estar en estado zoombi una semana, un mes... la última vez duré tres días, y fue porque eso duró la dinámica de grupo. 

Ayer me pasó de nuevo. Si algún extraviado llegó aquí por azar sepan que en los últimos quince días he escrito esto, esto también, además de esto y finalmente esto, ustedes juzguen, ... que contra mis propios pronósticos me quedé en la UNAM y no hice el rídiculo (pfff!), que mi familia tienen un periodo de estabilidad maravilloso, ¡qué todo me está saliendo!, y entonces dije ¡mi vida es perfecta!

Debo añadir de que ayer, me entró un escalofrío mientras veía unas citas médicas y recodaba al médico diciéndome 'posiblemente operemos a tu madre': ¡quéeeé!

Y llegaron esos latosos fantasmas, me dieron con todo en menos de diez minutos, me dejaron en la lona. Todo frente al computador. ¡Necesitaba a alguien, y no había nadie!
Ya entrada la noche, recordé a mi abuelo, a fray Alejandro, a Margara riéndose y dándome 'pamba' al final todos tenías los brazos abiertos.... ¡tontito!, me decían.

Y salí del hoyo, justo a las tres de la madrugada, de hoy; ¡carajo, tan díficil de no era!, y la verdad estoy tan tan contento ahorita, es la mejor batalla que he dado, y que he ganado; ha de ser de las tres únicas ocasiones en que me  siento orgulloso de mí. 

Y hoy, como me río por lo de anoche, recargué pila para buen, buen rato. Y ¿qué más da?, me digo: pudo haber sido peor...

Lectores, sólo ustedes conocen de esto,  no se lo cuenten a nadie ;)

ja ja, ¡tontito, Carlos eres un tontoo! =D

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